Nuevo cine estadounidense
Se denomina como Free Cinema o Nuevo cine estadounidense (en ocasiones es llamado erróneamente ''Nuevo cine americano) a la corriente de cineastas estadounidenses que desde finales de los cincuenta defiende la independencia ecónómica y estética del cine ante el gigante Hollywoodense.
Corriente que se autodenomínó Nuevo Cine Americano, con elocuentes semejanzas con los nuevos cines europeos (Free Cinema inglés, Nouvelle Vague francesa...). En 1961, en su primer manifiesto, el naciente grupo condena al cine oficial: El cine oficial en todo el mundo está acabado. Es moralmente corrupto, esteticamente obsoleto, temáticamente superficial, temperamentalmente aburrido.
Entre los fundadores del grupo figuraban nombres que acabarían siendo célebres, como Shirley Clarke, Lionel Rogosin, Peter Bogdanovich, Robert Frank, Adolfas Mekas y Gregory Markopoulos. El Nuevo Cine Americano defendia un principio libertario en el que la solidaridad y la ausencia de afán de lucro coincidían con el rechazo de la condición aurática de los artistas.
Fueron los mismos cineastas quienes fundaron sus propias instituciones de apoyo para dar salida a las películas que tenían dificultad de acceder a los circuitos comerciales. Quizá su más llamativa particularidad fue la renuncia a la exclusividad en la distribución, que quedaría al arbitrio de cada artista.
En 1959 las pantallas norteamericanas proyectaban una película que recogía las tendencias más relevantes del momento. Shadows, la ópera prima de John Cassavetes, se convirtió en el emblema de un cine de improvisación y en modelo estético por su actualidad en el tratamiento del tema del racismo. Destaca a su vez, por el atractivo de la filmación de los casi vírgenes exteriores nocturnos de Nueva York. Shadows guarda semejanzas con algunas de las fórmulas europeas que habían despertado el interés de los nuevos críticos americanos, así como una concepción de la interpretación actoral cercana a la idea de improvisación.
Se denomina como Free Cinema o Nuevo cine estadounidense (en ocasiones es llamado erróneamente ''Nuevo cine americano) a la corriente de cineastas estadounidenses que desde finales de los cincuenta defiende la independencia ecónómica y estética del cine ante el gigante Hollywoodense.
Corriente que se autodenomínó Nuevo Cine Americano, con elocuentes semejanzas con los nuevos cines europeos (Free Cinema inglés, Nouvelle Vague francesa...). En 1961, en su primer manifiesto, el naciente grupo condena al cine oficial: El cine oficial en todo el mundo está acabado. Es moralmente corrupto, esteticamente obsoleto, temáticamente superficial, temperamentalmente aburrido.
Entre los fundadores del grupo figuraban nombres que acabarían siendo célebres, como Shirley Clarke, Lionel Rogosin, Peter Bogdanovich, Robert Frank, Adolfas Mekas y Gregory Markopoulos. El Nuevo Cine Americano defendia un principio libertario en el que la solidaridad y la ausencia de afán de lucro coincidían con el rechazo de la condición aurática de los artistas.
Fueron los mismos cineastas quienes fundaron sus propias instituciones de apoyo para dar salida a las películas que tenían dificultad de acceder a los circuitos comerciales. Quizá su más llamativa particularidad fue la renuncia a la exclusividad en la distribución, que quedaría al arbitrio de cada artista.
En 1959 las pantallas norteamericanas proyectaban una película que recogía las tendencias más relevantes del momento. Shadows, la ópera prima de John Cassavetes, se convirtió en el emblema de un cine de improvisación y en modelo estético por su actualidad en el tratamiento del tema del racismo. Destaca a su vez, por el atractivo de la filmación de los casi vírgenes exteriores nocturnos de Nueva York. Shadows guarda semejanzas con algunas de las fórmulas europeas que habían despertado el interés de los nuevos críticos americanos, así como una concepción de la interpretación actoral cercana a la idea de improvisación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario